

Han transcurrido cuatro semanas de campaña y aún no se ve claro adonde
quieren llegar los opositores al candidato oficial de Casa Puebla; por su forma de
participar tal parece que no se han dado cuenta de que la mayor parte de la
población en edad de votar, no responde a sus estrategias electorales, y que por
lo tanto solo cuentan con su voto corporativo.
Esto es fácilmente demostrable a través de la realización de la mejor encuesta
que es la que se realiza diariamente en la plática con el taxista o en los pasillos
del centro de trabajo o en el entremés casero, de donde podemos concluir que
muchos, pero muchos, se oponen a la imposición gubernamental, pero que
también no tienen el más mínimo interés de salir a votar ya que les parece que
todos los aspirantes son iguales.
Otra de las formas subjetivas de medir el nivel de penetración de las campañas
es observada en las calles, donde cientos de jóvenes mal asalariados ofrecen
paraguas o gorros a cambio de colocar un microperforado en el parabrisas del
vehículo, cosa que nadie les acepta, y que de poner en duda lo dicho solo
observe cuantos autos lo portan.
Lamentablemente la oposición no se deja ver y encontramos candidatos que su
estrategia consiste en levantar monumentos de cartón contra el dedazo y la
privatización del agua, barrer la calle, o como la candidata del PRI que levanta
tibiamente su voz generando la impresión de que esconde una obscura intención
de no dañar ni con el pétalo de una rosa al principal artífice de la campaña; o el
candidato sombra del mesías de la izquierda que no ata ni desata un discurso
congruente.
Lamentablemente por el lado oficial han salido a relucir medidas intimidatorias
como la amenaza de la pérdida del trabajo, o la perdida de la concesión, o de la
de la prestación de un servicio, hecho que es notable en el personal que labora en
oficinas del gobierno sea estatal o municipal, o bien del gremio del transporte o los
propietarios de espectaculares, etc.; ignorando si creen que esto se traducirá en
votos efectivos para su candidato.
Qué decir de líderes de opinión a quienes se les ofrece entre vender sus análisis o
enfrentar la posibilidad de ser vetados en la compra de espacios para publicidad
oficial.
Desafortunadamente también el Instituto Estatal Electoral ha transmutado su
figura de ser árbitro a ser protagonista parcial haciendo factible que su lema podría
ser aquel viejo dicho "Señor, con usted hasta la ignominia".
Mientras esto sucede en el terreno de los protagonistas; en la opinión de la
ciudadanía informada nos hacemos la misma y eterna pregunta… ¿Cuándo
tendremos campañas y elecciones con dignidad y respeto a los electores?
