Muchos de nosotros sabemos o hemos escuchado que a nuestra madre, la Virgen María se le conoce con la advocación de la Virgen del Carmen o la Virgen del Carmelo, hemos ido a visitarla a su templo y participado de su fiesta el 16 de Julio pero ¿realmente sabemos por qué se le conoce con este nombre? A continuación les hablaremos un poco de su historia.
La palabra Carmen o Carmelo proviene del hebreo “Kaumel o Al Karen” y significa “Jardín de Dios”. El monte Carmelo es una cordillera en Israel, ubicada entre el Mar Mediterráneo y el valle de Jezreel, es un lugar famoso por su fertilidad y en la antigüedad estaba cubierto por viñedos. Un filósofo sirio llamado Jámblico escribió que “el monte Carmelo era el más santo de todos los montes”. Las cuevas ubicadas en el monte Carmelo denominadas Cuevas de Nahal Me´arot fueron declaradas por la Unesco en 2012 Patrimonio de la Humanidad.
La historia del pueblo de Israel que conocemos a través de la Biblia, en específico en el libro de los Reyes capítulo 18 se menciona al Profeta Elías, al rey Ajab, a los 450 profetas del dios pagano Baal, al Monte Carmelo y al pueblo de Israel, todos ellos tienen un papel muy importante en la historia y son los testigos de la manifestación del poder de Dios, nuestro Dios, sobre cualquier “dios pagano” de cualquier pueblo.
Elías por orden de Yavé, le dijo al Rey Ajab, que tanto él como los profetas de Baal dispusieran de un altar para el sacrificio de un novillo, pero que no iban a utilizar fuego alguno para el sacrificio, sino que el verdadero Dios iba a consumir el sacrificio. El Rey Ajab así lo hizo y sus 450 profetas realizaron su altar ceremonial y se la pasaron orando y bailando en un solo pie a su dios pagano para que los escuchara pero sin respuesta alguna. Elías varias veces les dijo que oraran más fuerte porque quizá su dios no los escuchaba, o quizá estaba de viaje o dormido y siguieron y siguieron y siguieron haciéndolo por muchas horas pero sin respuesta alguna.
Cuando se acercaba la hora de la tarde para hacer el último sacrificio del día, Elías, juntó 12 piedras representando cada una las 12 tribus de Israel y con ellas elaboró el altar a Yavé, hizo alrededor del altar una zanja, le puso la leña y descuartizó al novillo poniéndolo sobre el altar y les ordenó que tomaran 4 cántaros, los llenaran de agua y los echaran en el altar, mojando a la víctima y a la leña y les dijo que lo hicieran tres veces por lo que así se hizo y el agua corrió por el altar y la zanja se llenó de agua y oró diciendo: “Yavé, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu servidor y que por orden tuya he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Yavé. Respóndeme y que todo el pueblo sepa que tú eres Dios y que tú conviertes sus corazones”.
Después de la oración de Elías, el Fuego de Yavé bajó sobre el altar de Elías y consumió el novillo, la leña y el agua de la zanja, viendo este hecho milagroso, el pueblo cayó de rodillas con el rostro en la tierra y exclamó. “Yavé es Dios, Yavé es Dios”.
Elías le mandó a decir al rey Ajab que comiera y bebiera porque ya sentía que la lluvia estaba cerca, entonces Elías subió a la cumbre del Monte Carmelo y se postró con el rostro entre la rodillas y le dijo a su muchacho que subiera y que viera hacia el mar y así lo hizo, regresó y le contestó que no veía nada. Nuevamente Elías le dijo que regresara hasta por siete veces y en la séptima vez, el muchacho le dijo: “Veo una nube pequeña, como la palma de la mano, que sube del mar”. Acto seguido Elías le mandó decir al rey Ajab que bajara para que la lluvia no lo detuviera, y empezó a soplar el viento y las nubes oscurecieron el cielo hasta que cayó una gran lluvia, terminando así la sequía que había azotado la región.
La Veneración a la Virgen del Carmen o Virgen del Carmelo se remonta al siglo XII, después de la Tercera Cruzada entre los años de 1189 a 1191, cuando un grupo de personas de Europa inspirados por Dios y por lo que vivió el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo viviendo en forma de ermitaños, fundaron una congregación ,erigiendo pequeñas celdas y en medio de ellas, erigieron una pequeña iglesia dedicada a la Virgen María bajo la advocación de nuestra Señora del Monte Carmelo.
Ellos interpretaron la visión del profeta Elías de la pequeña nubecita subiendo por el mar con la figura de la Virgen María, porque Ella es la que nos da a Jesús quien viene al mundo para saciar nuestra sed de Dios, ya que es Él la fuente de Agua Viva. Del Profeta Elías heredan la pasión por Dios Vivo y verdadero y el deseo de interiorizar Su Palabra en el corazón para dar testimonio de Él en el mundo, y de la Virgen María su confianza en Dios, vivir en obsequio de Jesucristo, tratando de imitar su intimidad y profundidad que tuvo con Dios y su hijo Jesús.
En 1209, el patriarca de Jerusalén Alberto Avogadro, a esta comunidad de ermitaños llamados “Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo” les entregó una regla que sintetiza el lema del Carmelo: “Vida Contemplativa, Meditación de la Sagrada Escritura y Trabajo”, dicha regla fue aprobada por el Papa Honorio III en 1226 llamándola Regla de San Alberto.
Con la invasión de los sarracenos en 1235, los carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo y refugiarse en Europa y una antigua tradición nos cuenta que la Virgen María se le apareció a los ermitaños mientras cantaban el Salve Regina, prometiéndoles ser para ellos la Estrella de Mar que los guiaría por el mar oscuro e intempestivo de la vida para llevarlos a puerto seguro que es su hijo Jesucristo. Por ello, la Virgen María del Monte Carmelo o del Carmen es patrona de los navegantes y marineros porque ellos para orientarse se guiaban por las estrellas en ese mar interminable para llegar a su destino.
En 1246 fue nombrado San Simón Stock como sexto general de la Orden carmelita, quien había comprendido que sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo de vida, él recurrió a la Virgen María del Monte Carmelo llamándola “La Flor del Carmelo” y “Estrella del mar”, y le oraba con esta hermosa súplica: ”Flor del Carmelo, viña florida, protege tu nombre y el de los carmelitas”, para pedir su ayuda e intercesión y a través de la oración constante y confiando en Dios y en nuestra Madre, el 16 de julio de 1251, la Virgen María acompañada por una multitud de ángeles, se le apareció, portando un escapulario en su mano y dándoselo le dijo: “Toma hijo querido, este escapulario; será como la divisa de mi confraternidad, y para ti y todos los carmelitas, un signo especial de gracia, quienquiera que muera portándolo, no sufrirá el fuego eterno. Es la muestra de la salvación, una salvaguardia en peligros, un compromiso de paz y de concordia”.
Con el ejemplo de oración, vida ermitaña y de santidad, que reflejaban los carmelitas, algunos grupos de mujeres se acercaron a los religiosos para pedirles formar parte de su Orden, y en el año de 1452, se estableció el primer Convento de monjas carmelitas Con el devenir histórico, hubo un relajamiento en las normas de la Orden de los Carmelitas surgiendo así las reformas a la Orden realizada por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, llamándolos: “Carmelitas descalzos o Teresianos”. Las dos vertientes los “Carmelitas de la Antigua Observancia o Calzados” y los “Carmelitas Descalzos o Teresianos” siguieron unidos por sus carismas, por su espiritualidad, por su oración y sobre todo por el Amor a Dios, a nuestra madre María, creciendo grandemente por toda Europa.
La vestimenta carmelita está conformada por un hábito color café, el escapulario del mismo color y una capa blanca símbolo de la Virgen María, en su profesión religiosa se consagran a Dios y a María, tomando el hábito en honor a ella y como un recordatorio de que sus vidas le pertenecen a ella y a Cristo y el lema de su escudo es: “Me consume el celo por el Señor, Dios de los ejércitos”
La Virgen María en las apariciones de Fátima, Portugal del 13 de octubre de 1917, se presentó a los pastorcitos con el hábito carmelita y también en Garabandal, España entre los años de 1961 y 1965 junto a San Miguel Arcángel, la Virgen María también se les presentó a las pastorcitas como “La Virgen del Carmel” portando en su mano derecha su escapulario.
Con el paso de los años, la Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo ha sufrido numerosos cambios quedando de la siguiente manera:
- Los Ermitaños de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo está conformada por comunidades de hombres y mujeres que viven una vida de clausura, inspirados por los antiguos ermitaños carmelitas.
- Los Carmelitas Descalzos: fueron fundados en 1562 cuando Santa Teresa de Jesús realizó una reforma a la orden religiosa fundado el primer convento de Carmelitas Descalzos y posteriormente, junto con San Juan de la Cruz fundaron la rama de los Carmelitas Descalzos retomando la vida centrada en Dios con toda sencillez, austeridad, pobreza y clausura como los primeros ermitas del Monte Carmelo.
Esta Orden se divide en tres ramas:
1.- Primera Orden: Los frailes.
2.- Segunda Orden: Monjas contemplativas.
3.- Tercera Orden: hermanos terceros o seglares de la Venerable Orden Tercera de los Carmelitas o del Carmelo Seglar
- Carmelitas de la Tercera Orden, también llamados Orden Tercera del Carmelo de la Antigua Observancia: se comprometen a vivir los consejos evangélicos (castidad, pobreza y obediencia) y el espíritu de las Bienaventuranzas.
Santa Teresa de Ávila, San Jun de la Cruz, Santa Teresa del Niño Jesús y Santa Teresa Benedicta de la Cruz, fueron algunos Santos de la Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo que con su ejemplo de vida y virtudes han difundido a través de los siglos en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, contemplación y dedicación a Dios porque María creyó y experimentó que Jesús Verbo Encarnado es el culmen del encuentro del hombre con Dios.
Pequeña oración a la Virgen del Carmen:
Virgen del Carmelo,
Hermosa Estrella del Cielo,
Tú con Tu Escapulario Bendito,
Bendice mi caminar ahora y siempre.
Amé.