Puebla, Pue A fin de conservar y promover una de las tradiciones más representativas de México, la BUAP realizó -como cada año- su concurso de altares y ofrendas alusivas al Día de Muertos. Tras felicitar a los estudiantes de los 15 equipos que participaron, el Rector Alfonso Esparza Ortiz destacó su creatividad e imaginación y los invitó a seguir siendo entusiastas al compartir sus ideas, para hacer de esta manifestación cultural algo perdurable.
En el tercer patio del Edificio Carolino, lugar en donde los equipos representativos de 15 unidades académicas de la BUAP instalaron sus ofrendas, Esparza Ortiz hizo entrega de los premios al primer, segundo y tercer lugar, por un monto de 10 mil, 5 mil y 3 mil pesos.
Contagiado del ambiente y el compromiso de los participantes para contribuir en la preservación de una de las tradiciones más arraigadas de la cultura mexicana, catalogada por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, el Rector de la BUAP concedió el premio del tercer lugar al resto de los grupos participantes.
“Dado el talento de todos, considero justo que los equipos tengan un incentivo equivalente al premio del tercer lugar, es decir, la cantidad de 3 mil pesos”, comentario que derivó en manifestaciones de agradecimiento por parte del estudiantado ahí presente.
El primer lugar lo ganó la Facultad de Ingeniería Química, con la ofrenda “Entierro tradicional de Morelos”, seguida de “A los niños de la calle” de la Facultad de Arquitectura. El tercer lugar lo obtuvo la Facultad de Artes, que presentó la ofrenda “Costa chica”.
En su intervención, el encargado del Despacho de la Vicerrectoría de Extensión y Difusión de la Cultura, Flavio Guzmán Sánchez, destacó que para la BUAP las tradiciones y costumbres de México son elementos importantes que contribuyen a la formación integral de los estudiantes. En ese sentido, dijo, se realiza este concurso de altares y ofrendas, fomentando la integración y la identidad universitaria, a través de una muestra en la que las diversas unidades académicas comparten y expresan su visión de esta celebración.
Los naranjas de Sol y otoño de la cempasúchil abren camino en el histórico Carolino
Es mediodía. El sol abraza con su paternal calor, acoge con sus maduros rayos la representación de una nación. Es México. Es el centro y los vestigios de que en algún momento de su historia fue colonia. Y es Puebla como fragmento de este país y una diminuta parte de sus habitantes, reunidos en la simbólica Casa de Estudios del estado, la BUAP, con sus más de 400 años de historia. Es el tercer patio del Carolino.
El ambiente se muestra todo lleno de festividad. Estudiantes de la BUAP participan en el concurso de altares y ofrendas por el Día de Muertos, como expresión de dos símbolos culturales que atienden al sentido de pertenencia: uno a la identidad mexicana, otra a la universitaria.
Símbolos: una fotografía al centro con cara lánguida y pensativa, y sobre ella la intimidad con que el espectador se pregunta sobre la vida del personaje.
Símbolos: una serie de números y nombres y la reflexión sobre el historicismo de los hechos y la necesidad de agregarlos a esta tradición.
Símbolos: un retrato familiar a la mirada y por ello motivo de regocijo al ser sabedor de ese conocimiento.
Símbolos: todas las manos que trabajan, que enmarcan a cada uno de los signos estacionados en el espacio, en el tiempo, en dispersos espacios aunque sea el mismo patio, pues el patio es enorme, atravesado por diversos tiempos, reunidos en simbólico edificio de simbólica universidad.
Las manos de estudiantes y académicos destellan los naranjas de Sol de otoño de la cempasúchil, de un Sol que cae a plomo sobre las cabezas de los asistentes al ritual cultural. Todo es posible por el tributo como pretexto para hacerse parte de esta tradición. Pensaron en el camino de aserrín enmarcado con flores naranjas y el equilibrio entre los aromas de copal y ajonjolí impregnado de azar, de pan de día, de pan de muerto para los vivos. Seguramente pensaron en la mandarina, en el tabaco, en la caña, en la América de las plantaciones y en la canasta básica como problema económico entre las familias. Pensaron en su héroe.
Quince ofrendas de igual número de unidades académicas de la BUAP en exhibición, cada una con sus elementos que le dan vida al Día de Muertos, según lo representado, según el personaje que quisieron sublimar. La Facultad de Derecho y Ciencias Sociales dedica su ofrenda a Belisario Domínguez Palencia, en contraposición con la Facultad de Filosofía y Letras que enmarca en alto la fotografía de Angelo Altieri. La Facultad de Administración, a su vez, la ofrece a la memoria de Edith Yaneli Roque, quien perdiera no hace mucho la vida de forma violenta; el Bachillerato 5 de Mayo no exalta otra figura más que la del gran luchador “El Santo”.
Y en esta lluvia de símbolos y representaciones, el rito cultural vuelve a ser motivo para reunir a diversas unidades académicas, para las cuales el sentido de pertenencia es celebratorio.