Hace unos días, el Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, envió al Congreso de la Unión su propuesta de Paquete Económico para el ejercicio 2024, con el propósito de ser analizada, modificada y, posteriormente, aprobada por los legisladores.
Este paquete, integrado por los Criterios Generales de la Política Económica, la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (LIF), el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) y la Ley Federal de Derechos (LFD); deberá ser aprobado por ambas cámaras, a más tardar el próximo 31 de octubre, excepto en lo que se refiere al PPEF, el cual deberá ser aprobado a más tardar el 15 de noviembre, únicamente, por la Cámara de Diputados.
Al respecto, no escapa de nuestro radar que el PPEF es uno de los documentos de política pública más importantes del país, dado que en él se describen la cantidad, la forma de distribución y el destino de los recursos públicos de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), de los organismos autónomos, así como las transferencias a los gobiernos estatales y municipales.
Tras un análisis realizado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, se puede visualizar que los lineamientos de política económica para 2024 se fundamentan en tres pilares: Primero, en los apoyos sociales para el bienestar de la población más vulnerable. Segundo, en la estabilidad y solidez en las finanzas públicas, que busca mantener la deuda pública estabilizada y la prudencia fiscal; y, tercero, en el apoyo a proyectos regionales de desarrollo, en particular la zona sur- sureste, con impactos directos e indirectos en el bienestar y empleo de las familias.
Este análisis confirma que, pese al escenario complejo en el entorno económico global, en el cual se espera un moderado crecimiento económico y niveles bajos en el comercio internacional, hay buenas expectativas para el país que permitirían la continuidad de la política económica que desde el inicio de su administración ha impulsado el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Pero lo más importante es que, a pesar de los retos, este Paquete Económico apuesta a dar continuidad a la transformación social, desde una política social incluyente que atienda las necesidades del país, pero que también beneficie a quienes menos tienen.
En cuanto al proyecto 2024, éste prevé un incremento de 4.3% real con respecto al de 2023. El próximo año se proyecta que el gasto del Sector Público ascienda a 9.07 billones de pesos, incrementos que no se habían reflejado en ningún año anterior.
En cuanto al PPEF los programas prioritarios más importantes seguirán siendo todos aquellos que han permitido encarar un claro combate frontal a la pobreza y que claramente han permitido cerrar la brecha social entre los más ricos y los más pobres.
Al respecto se contemplan cerca de 544 mil millones de pesos para cubrir las pensiones para adultos mayores, pensiones para personas con discapacidad y programas como Sembrando Vida y Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras.
Sabemos que además la desigualdad social también se manifiesta en el acceso a la educación. Un sistema educativo equitativo y de calidad es fundamental para romper el ciclo de pobreza y garantizar que todos los mexicanos tengan las mismas oportunidades de desarrollo.
Por ello, se propone destinar más de 425 mil millones para el ámbito educativo, dentro del cual se contemplan las Becas de Educación Básica, para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez, Jóvenes Escribiendo el Futuro, las universidades para el bienestar Benito Juárez y el programa La Escuela es Nuestra.
Desde luego, no descarto que hay varias áreas de oportunidad de claro ajuste en este proyecto de presupuesto, sin embargo, no se puede ignorar la apuesta que sigue haciendo este gobierno de la Cuarta Transformación de regresarle el poder a la gente, poniéndola en el centro de las acciones y promoviendo un mayor equilibrio en la distribución de la riqueza y las oportunidades.
Estoy convencido que sólo así México podrá salir del rezago y, sobre todo, se podrá construir una sociedad más justa y próspera.