En todos lados se habla de derechos humanos y de la importancia de respetarlos, ya que a través de ellos se asegura una vida digna para las personas.
Y es cierto, es un deber de todas y todos en cada rincón del mundo -tanto desde la sociedad civil, como desde las autoridades en el ámbito de sus competencias- promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos en favor de los individuos; sin embargo, también es cierto que esto sigue siendo uno de los mayores pendientes en muchos lugares alrededor del mundo.
Acorde a su definición, los derechos humanos son condiciones instrumentales que le permiten a la persona su realización. Consisten en aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica o cualquier otra condición.
Se trata de derechos interrelacionados, interdependientes e indivisibles, cuya creación se formaliza el 10 de diciembre de 1948, en respuesta al caos que dejaron las dos guerras mundiales. En este sentido, la comunidad internacional pensó que era importante enfatizar en ellos el respeto a la dignidad humana.
Asimismo, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, plasmado desde el Artículo número 1, mismo que establece que: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
En este sentido, son muchas las tareas pendientes en materia de Derechos Humanos, pero la más evidente es, sin duda, la relacionada con la desigualdad, realidad que forma parte de la vida diaria de nuestro país.
De acuerdo con el World Inequality Report 2022, México es una de las naciones más desiguales del mundo, ya que en cuanto a patrimonio, el 10% más rico de la población tiene cerca del 80% de la riqueza del país. Estos datos concuerdan con las estimaciones del CONEVAL que calculan que un 76.5% de la población mexicana vive en condiciones de pobreza o vulnerabilidad.
La desigualdad no es una cuestión aislada, por el contrario, afecta el propio crecimiento de las naciones, hasta convertirse en un lastre social que repercute en la capacidad de crecimiento y el aumento de la productividad.
Es así que a 74 años de esta proclamación, podemos ver que estamos frente a un desafío de gran envergadura que nos debe llevar a todos a actuar, ya que son los derechos humanos el eje sobre el cual debe girar la sociedad, ejerciendo valores universales al servicio de la dignidad de la persona humana.
Este 10 de diciembre es una oportunidad para reflexionar y reafirmar la importancia de los derechos humanos que nos permita construir juntos el mundo que queremos, sensibilizarnos en la importancia de la solidaridad mundial, el respeto y la tolerancia que debe imperar en toda sociedad para afrontar los retos que tenemos en la actualidad.
Este contexto me ha hecho recordar al gran Martin Luther King, quien dedicó su vida a luchar pacíficamente a favor de la igualdad y la justicia, y que hasta la fecha sigue inspirando a las personas a exigir sus derechos y el respeto a la dignidad humana frente a la opresión, la discriminación y la injusticia.
“Tengo un sueño, que un día sobre las colinas rojas de Georgia los hijos de quienes fueron esclavos y los hijos de quienes fueron propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la fraternidad…”, expresó en su emblemático discurso en Washington en 1963.
Hoy, no dejemos pasar un día más en luchar por materializar el sueño compartido de tener un mejor mundo. Es imperante hacer el compromiso por defender e impulsar los derechos humanos, para generar igualdad de oportunidades para todos y todas, ya que es inaplazable construir un mundo más solidario, más justo, más humano.