Ejemplos sobran, pero nos vamos a concentrar en los más recientes. Y no es que no tengan los 4Teros destellos de arrojo, claro que los tienen, pero se les dan de manera enfermiza, son como el clásico mal empleado que es agresivo y violento con sus subordinados, pero con sus superiores es totalmente servil y complaciente.
El caso de López Gatell, el “científico” metido a político es sintomático, apenas un día después de haber tronado en contra de los estados, culpándolos del desastre en el manejo de la pandemia, porque según él no aportaban con claridad y exactitud los datos de contagios y muertes por COVID19 en sus entidades y luego de amenazar con la desaparición temporal del semáforo, aparece muy cínico y benevolente diciendo que no sirve de nada buscar culpables y haciendo un llamado a la corresponsabilidad. Parece que la reunión virtual de los gobernadores de Acción Nacional hizo su efecto y que eso logró que se le bajaran los humos a Gatell.
Hay un tema que no deja de ocupar la atención y la preocupación de los mexicanos y es sin duda la seguridad. Y hay un IRRESONSABLE, porque de responsable no ha tenido nada, que se ha dedicado a complicar las cosas en lugar de resolverlas. Me refiero a Alfonso Durazo, ese personaje turbio y malagradecido, cuyo paso por la administración pública ha dejado solo dos certezas, la de su incapacidad para atender las funciones de los encargos que se le han encomendado y su extrema habilidad en aprovechar sus puestos para imponer su maquiavélica agenda política, que en este caso es la misma que la de su jefe. No deja de sorprender como se le complican las cosas a Jalisco, cuyo gobernador ha sido un permanente opositor a las políticas del presidente.
Cuando desgraciadamente en todo el país hay abusos policíacos que en ocasiones concluyen con la muerte de los posibles delincuentes y no pasa nada, en Jalisco si pasa. Ya vimos como las huestes morenistas fueron capaces de incendiar la capital con ese pretexto. Pero no, que nadie se vaya con la finta de que era en defensa del joven ajusticiado indebida y brutalmente por policías municipales. El propósito era ponerle a Alfaro un “estate quieto”.
Y si nos referimos a Guanajuato, a ese estado que fue el único de todo el país donde los votantes tuvieron el atrevimiento de votar mayoritariamente contra López Obrador, el castigo es más que evidente. Y no es que los problemas de inseguridad sean recientes, sabemos lleva al menos 10 años descomponiéndose la situación. Pero es claro, que los delitos que han convertido al estado en un polvorín son delitos federales, es el narco y el huachicol. Así que uno no puede dejar de preguntarse porque el gobierno federal retira a la Marina de Guanajuato desde noviembre del año pasado. Y no puede uno dejar de sorprenderse cuando le tienden una trampa al gobierno estatal en el caso de la última persecución contra el Marro y camarilla y este cae redondito creyendo que la Guardia Nacional y la Fiscalía proporcionarán los elementos para enjuiciar a los detenidos y ¡Sorpresa! la falta de pruebas los obliga a liberarlos.
Ahora que el presidente decide por sí y ante sí visitar Guanajuato, Jalisco y Colima para atender el tema de la Seguridad, no porque de verdad le importe sino porque considera que eso desviará la atención del rotundo fracaso en el manejo de la crisis sanitaria, pues ahora que sí voltea a ver ese flagelo, que tiene azolado al país, es precisamente cuando el ínclito secretario de pacotilla, que en lugar de Durazo debía apellidarse Blandazo, tiene a bien, solicitarle al mesías le permita ausentarse de sus deberes una semana, porque más vale que digan aquí corrió que aquí quedó. ¡Ah! Que valiente nos resultó don Alfonso. Sólo nos falta que como el Zoé Robledo, el director del IMSS, tenga un repentino y oportuno contagio de coronavirus.
Creo que todo lo anteriormente escrito carecería de valor si no mencionamos al más representativo de esta conducta cobarde. Y es que la visita de López a Washington no tiene desperdicio. Para comprobar la incongruencia, basta ver los videos del Peje en campaña, acabándose a Peña Nieto por recibir al entonces candidato republicano, porque cómo se atrevía a inmiscuirse en el proceso electoral de aquel país, llamando a Trump canalla y autoritario, prometiendo que iría a denunciarlo a instancias internacionales por violación a los Derechos Humanos. Para muestra ahí está su libro (Oye, Trump), que detalla con precisión los agravios del personaje de marras al pueblo de México y la forma digna y valiente con la que López lo combatiría de llegar al gobierno.
Miren que decidir acudir al llamado del gorila, después de tantos insultos y vejaciones, poniendo el pretexto de echar a andar al T-MEC, cuando ya estaba en operación y peor aún, cuándo el Primer Ministro Justin Trudeau, líder del tercer país involucrado se negó a estar presente. Miren que aceptar hacerle el caldo gordo en pleno proceso electoral a Trump y más aún, pronunciar ese discurso caravanero y arrastrado, donde lo único que le faltó al Peje fue echarse un brinco a los amorosos brazos del sátrapa. Miren que decir que el mandatario estadounidense “ha sido comprensivo y respetuoso, que nunca ha intentado nada que viole la soberanía de los mexicanos, que nos ha tratado con gentileza, como lo que somos un pueblo digno y libre” y bla, bla, bla.
Me pregunto, ¿fue valiente o cobarde al permitir una agenda dónde abordar los temas del Muro, la migración, el tráfico de armas estuviera prohibido? Sin duda fue extremadamente cobarde, el único que salió ganando de este despropósito fue Trump, (que sigue usando en spots, como propaganda, los elogios vertidos por Andrés), que todavía debe relamerse los lampiños bigotes al recordar la presencia sumisa y obsequiosa del mexicano, que no perdió momento para agradecerle al racista todas sus bondades.
Y ¿qué decir de los Amlovers, ternuritas, que hoy aplauden rabiosos lo que antes condenaban?, ¿en dónde quedó el discurso anti neoliberal, la fobia por los conservadores, la tirria en contra del racismo y la discriminación? Seguramente los guardaron esperando mejores momentos, momentos en dónde la circunstancia les permita ser congruentes con lo que han jurado promover y defender. Mientras tanto, flojitos y cooperando.