Improvisación, autoritarismo y despidos masivos, están generando un quiebre en el IPAM, con el respaldo de Méndez Márquez, según Ixelt Romero.
No solo el virus del COVID-19 se está extendiendo por Puebla, a un ritmo alarmante, la titular del Instituto Poblano de Asistencia al Migrante (IPAM) Ixelt Romero Morales también hace lo propio con su “imagen”; pues al interior los trabajadores están cansados de sus caprichos, autoritarismo y sobretodo improvisación.
De acuerdo a los quejosos, las bajas son impresionantes, pero más sus amagos ya que tras “asegurar ser la consentida del secretario de Gobernación David Méndez Márquez”, se pasa por el “arco del triunfo” toda orden o recomendación que venga del Gobernador Luis Miguel Barbosa.
De enero a la fecha, desde directivos a cargos menores se han marchado –y no precisamente por apegarse a las normas sanitarias por el Covid-19- sino porque aseguran son “insoportables e indignantes” los tratos de la marinista –pues también, alardea su pasado durante la gestión del ex mandatario Mario Marín Torres- ¡Lo sabrá Barbosa¡
Quien espere que el IPAM de resultados, tendrá que sentarse porque con renuncias como la del Director de Unidad de Gestión, Adriano Romero; Director Jurídico, Oscar Cornejo; Director Mi Casa es Puebla Los Angeles, Erick Hernández; Directora Mi Casa es Puebla Nueva York, Ana Flores; Subdirector de la Unidad de Gestión, Gilberto Juárez; Subdirector de Apoyo y Protección, Pedro Rodríguez, y constantes bajas, están creando en la dependencia de gobierno una “olla de presión”.
Es una pena que en tiempos de emergencia, se tenga un descontrol total por los berrinches de Ixelt Romero Morales y no tenga el mínimo respeto a las órdenes de la máxima autoridad en el Estado, pues no respeta ni siquiera a sus recomendados: “la que da las órdenes soy yo, la que decide soy yo. Porque el secretario de gobernación me respalda” ¿Será que Méndez está actuando a espalda de Barbosa?, ¿será que huele a traición?
Lo cierto, es que el IPAM es el lugar más tóxico del Gobierno del Estado. Y Romero Morales no ha sorprendido a nadie, ya que continúa con su tarjeta de presentación desde tiempos marinistas: déspota, soberbia y sin el mínimo respeto hacia los trabajadores.
Creo que desconoce el dicho: “nadie es indispensable ni necesario”, seguiremos al pendiente de sus fechorías con la protección de Méndez Márquez –como alardea-
Porque aún hay más…
Pero esa, es otra historia