En la página de internet http://es.catholic.net/op/articulos/17967/el-arbol-de-navidad.html#modal aparece un artículo sobre el Árbol de la Navidad, escrito por Marcelino de Andrés / Tere Fernández del C., que nos habla de esta hermosa figura que nos acompaña durante gran parte del mes de diciembre y enero en nuestros hogares, en las tiendas departamentales o en algunos casos, en los lugares donde laboramos, que muchos de nosotros lo compramos natural o artificial, lo ponemos en nuestra casa, en un lugar principal y lo adornamos sin tener idea de lo que significa, es por ello que lo resumimos de la siguiente manera:
- San Francisco de Asís tenía un gran amor a Jesús, nuestro Salvador y en especial en el tiempo de navidad, cantaba, danzaba y oraba dando gracias a Dios por el nacimiento de su Unigénito Hijo Jesucristo, que se encarnó de la Virgen María para salvarnos. Fue en un día frío de invierno, iluminado por el Espíritu Santo, que recreó con ayuda de los aldeanos, el nacimiento de Jesús en Belén, representaron a la Virgen María, a San José, a Jesús recién nacido, a los pastores, a los reyes, a Adán, a Eva, al diablo, al ángel de paraíso con su espada flameante y al árbol del fruto prohibido.
- Los antiguos germanos creían que el mundo y todos los astros pendían de las ramas de un árbol gigantesco al que llamaban “el divino idrasil” o “dios Odin”, le rendían culto cada año durante el solsticio de invierno adornando un árbol de encino con antorchas que representaban las estrellas, la luna y el sol con la finalidad de renovar la vida.
- San Bonifacio, evangelizador de Alemania, en el medioevo, derribó el árbol que representaba al dios Odín y en su lugar plantó un pino o abeto, símbolo del amor perenne de Dios por sus creaturas, siguió las costumbres de los lugareños, adornando el pino con manzanas que representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los hombres y velas, que simbolizaban la luz que Cristo dio al mundo con su nacimiento y la gracia que reciben los hombres que aceptan a Jesús como Salvador.
- La costumbre fue evolucionando hasta el siglo XVII donde las familias colgaban junto con las manzanas, dulces, golosinas, esferas y figuritas.
- El primer árbol símbolo del paganismo fue transformado con un nuevo verdor representando al amor sin fin de Dios por sus creaturas, a quien le tenemos que dar gracias en todo momento de nuestra vida y en todas las épocas del año, porque Dios siempre está con nosotros, en los días soleados, y en los días nublados, en el tiempo de la siembra, en las lluvias, en las tempestades, en las seguías, en la cosecha, en nuestro trabajo y descanso, en nuestra felicidad y tristezas, en nuestra salud y enfermedad, por ello es que tenemos que tener a Dios como centro de nuestra vida.
- Las esferas se consideran como un símbolo de nuestras oraciones a Dios y cada color es una petición especial, por ejemplo, el azul es de arrepentimiento, las plateadas de agradecimiento, las doradas de alabanza, las rojas de petición.
- La estrella que ponemos en la punta del pino representa la fe que debe guiar nuestras vidas.
- Los demás adornos que decoran nuestros árboles son las buenas acciones y sacrificios que daremos como regalos a Jesús en la Navidad.
Estos días de Adviento, que significa la preparación de nuestros corazones para el Nacimiento de Jesús, debemos de aprovecharlos para tomar conciencia del infinito amor que Dios ha tenido, tiene y tendrá por todas sus creaturas, sin importar nuestras creencias, posición económica, estado civil, preparación o trabajo, es tiempo de recordar que el motor que mueve al mundo es el amor y que por amor tenemos que hacer todo, porque por amor hemos sido salvados y ¿cómo corresponder al gran Amor de Dios?, teniendo amor por nuestros semejantes, por la naturaleza, por toda la creación de Dios y así el mundo cambiará.