Hoy 28 de agosto se conmemora a los Abuelos y Abuelas de México, a aquellos hombres y mujeres que durante toda su vida han trabajado, algunos de ellos desde muy jóvenes, para sacar adelante a su familia, son personas que son un ejemplo para sus hijos, nietos, bisnietos, para toda su descendencia y para todas aquellas personas que tienen la suerte de conocer a un Abuelo o Abuela.
Son seres humanos excepcionales, con virtudes y defectos como todos los tenemos, son personas ricas en sabiduría, experiencia, amor, dolor, alegría, nostalgia, esperanza, fe, pero también, de acuerdo a sus circunstancias, en sus corazones se alberga la soledad, enfermedad o pobreza; son testigos vivientes del paso del tiempo, del desarrollo de la sociedad, pero también de la decadencia de la misma.
Si tenemos la fortuna de contar con nuestro Abuelo o Abuela, a nosotros como nietos, sólo nos queda amarlos, cuidarlos, escucharlos y compartir con ellos sus recuerdos, momentos del pasado que nos ayudarán a entenderlos mejor y tomar experiencias de su vida para aplicarla en nuestro vivir, para tratar de no cometer sus errores o para seguir su ejemplo de rectitud y nobleza que los hace más grandes cada día.
Para muchos de nosotros, los abuelos son tan importantes en nuestra vida, porque ellos tienen la ardua tarea de cuidar de nosotros, sin importar su estado de salud o sus limitaciones, debido a que nuestros padres trabajan y son ellos los que nos forman, cuando ya no deberían hacerlo, porque ellos ya han cumplido con sus hijos, y aun así, dejan todo por apoyarlos, dando lo mejor de ellos para sus nietos, tratando de enmendar muchas veces los errores que cometieron con sus hijos o simplemente educándonos como educaron a sus hijos para hacernos personas de bien, con principios y valores que actualmente se están perdiendo en nuestra sociedad.
Si es ese nuestro caso, debemos estar agradecidos con Dios y con la vida, porque tenemos la fortuna de recibir dos educaciones en casa, la de los abuelos y la de nuestros padres, que quizá nuestros abuelos se convierten en cómplices ante nuestros papás o ellos interceden por nosotros para que los regaños o castigos no sean tan graves, por eso, tenemos siempre que estar agradecidos con ellos y ante todo debemos amarlos, respetarlos y cuidarlos porque gracias a Dios y a ellos, existen nuestros padres y gracias a Dios y a nuestros padres existimos nosotros.
Y nosotros como hijos, tenemos la responsabilidad de velar por nuestros padres en su edad adulta, de proporcionarles en la medida de nuestras posibilidades los bienes necesarios para su subsistencia, no solo físicamente o en cuestiones de salud, sino espiritualmente en los últimos momentos de su vida, de acuerdo a las creencias que cada uno profese.
Si disfrutamos de la dicha de vivir con ellos, tenemos que agradecerle a Dios por la dicha de contar con nuestros padres en casa, de contar con ellos para que nos escuchen cuando tenemos algún problema, de pedirles sus consejos o de apoyarnos en ellos para el cuidado y atención de nuestros hijos, es por ello, que tenemos que amarlos más, cuidarlos, respetarlos e integrarlos a nuestra familia para que haya armonía entre todos y hacerlos sentir amados, respetados, cuidados y útiles, y no como un objeto más de decoración de nuestra casa, o como una carga o como un sirviente, porque no lo son, son nuestros padres y madres, que ahora es el momento de retribuirles todo el amor, cuidado, protección, ternura y apoyo que nos dieron a lo largo de nuestra vida, sé que muchas veces es difícil la convivencia, pero si recordamos hacer todo lo que nos toca con amor y por amor a Dios, no se nos hará difícil vivir en armonía, porque de ellos provenimos y como tratemos a nuestros padres, así nos tratarán nuestros hijos.
Si tienes a tus Abuelos, abrázalos muy fuerte y demuéstrales todos los días lo valioso que son para ti, y si ya no tienes la dicha de tenerlos en este mundo, recuerda hacer una oración a Dios por el descanso de sus almas y a pesar del vacío que dejan en tu vida y corazón, ellos desde el cielo o desde donde estén, siempre pedirán a Dios por sus hijos, nietos y descendencia y cuidan de nosotros y mientras no los olvides, vivirán por siempre en tu corazón.
Feliz día del Abuelo.