- Desde agosto de 2018 se imparte en la sede Cuetzalan, un territorio amenazado por prácticas que atentan contra la biodiversidad y el patrimonio cultural
- Su primera generación ha desarrollado investigaciones y diagnósticos para resolver problemas locales
En los últimos años, la BUAP no solo ha incrementado su oferta académica para generar oportunidades de ingreso a un mayor número de estudiantes; lo ha hecho además con pertinencia social y visión innovadora. Así surgió la Licenciatura en Gestión Territorial e Identidad Biocultural, en la sede de Cuetzalan, cuya primera generación, jóvenes hablantes de náhuatl, han desarrollado investigaciones que responden a problemáticas locales, con propuestas de solución en beneficio de las comunidades.
Impartida desde agosto de 2018, esta licenciatura tiene su origen en una necesidad real: la formación de jóvenes gestores en el ordenamiento del territorio con enfoque biocultural, en una región, como la Sierra Norte del estado, amenazada por prácticas destructivas de la biodiversidad, con problemas de deforestación, deterioro ambiental y pérdida del patrimonio biocultural.
A la fecha, los estudiantes han elaborado cuatro investigaciones realizadas con organizaciones locales enfocadas al turismo indígena, procesos agroecológicos en plantaciones de café y talleres de plan de vida comunitaria, cuyo objetivo fue generar diagnósticos y propuestas de solución a problemáticas de las comunidades.
Entre estos trabajos, la identificación de plantas útiles y su uso local; un diagnóstico de suelo en una comunidad de Morimbo, del municipio de Pochutla, Oaxaca, con relación a la vocación agrícola para el cultivo de café y recomendaciones de mejoramiento del suelo; y otros dos más, en el ejido forestal Peñuelas, en Zacatlán, y en Xiloxochico, Cuetzalan, donde se llevaron a cabo talleres para la construcción de un plan de vida de las comunidades desde una perspectiva biocultural.
Un enfoque innovador de la Licenciatura en Gestión Territorial e Identidad Biocultural es que en lugar de asignaturas o materias, la carrera está estructurada en 16 módulos y talleres. Cada nueve semanas se desarrolla un nuevo módulo y talleres enfocados al desarrollo de habilidades metodológicas.
De aquí que una de las características del plan de estudios es que no aborda la formación del estudiante desde las disciplinas científicas, sino a partir de problemáticas locales, del entorno, y la ciencia es el soporte teórico para dar respuestas.
¿Cómo ordenar el espacio desde la mirada de la comunidad y sus saberes locales?, en esta región caracterizada por su gran diversidad biológica y cultural y una intensa relación de sus habitantes con la naturaleza. ¿Qué significa ser náhuatl, otomí o mestizo en siglo XXI, desde los saberes locales? ¿Cómo construir paisajes bioculturales con una visión sustentable?, cuestionamientos que encuentran una respuesta en Gestión Territorial e Identidad Biocultural, una carrera donde la ciencia se enriquece con los saberes tradicionales.