Muchas personas a lo largo de la historia del hombre dan definido el sentimiento más puro que podemos tener y es “El Amor”. Existen definiciones filosóficas, teológicas, morales, éticas, médicas, psicológicas. Hay narraciones, tratados, películas y canciones que hablan sobre el amor en pareja, el amor entre padres e hijos, el amor entre los hermanos, el amor con los amigos, el amor con las mascotas y con la creación en sí, pero en sí qué es el amor?.
La definición más completa que puede haber de este sentimiento son las palabras de San Pablo en la Primera Carta a los Corintios Capítulo 13, versículos 1 -9 que dice:
“Si yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles y me faltara el amor, no sería más que bronce que resuena y campana que toca.
Si yo tuviera el don de profecía, conociendo las cosas secretas con toda clase de conocimientos y tuviera tanta fe como para trasladar los montes, pero me falta el amor, nada soy.
Si reparto todo lo que poseo a los pobres y si entrego hasta mi propio cuerpo, pero no por amor, sino para recibir alabanzas, de nada me sirve.
El amor es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se hace el importante.
No actúa con bajeza, ni busca su propio interés.
El amor no se deja llevar por la ira, sino que olvida las ofensas y perdona.
Nunca se alegra de algo injusto y siempre le agrada la verdad.
El amor disculpa todo; todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta.
El amor nunca pasará. Pasarán las profecías, callarán las lenguas y se perderá el conocimiento. Porque el conocimiento igual que las profecías no son cosas acabadas”.
Todo esto lo podemos resumir en lo siguiente: Todo lo que hagamos en la vida, por muy sencillo que parezca hay que hacerlo con amor y por amor a Dios, porque es a través del amor, por el que hemos sido salvados del pecado.
Por amor, Dios envió a Su Hijo único Jesucristo al mundo para que naciera de una mujer Virgen, se Encarnara, tuviera nuestra forma humana, viviera como nosotros, trabajara, estuviera sometido a las leyes del templo y de los humanos, fuera un hombre como nosotros, pero sin perder su Divinidad, con la única finalidad de salvarnos a través de su sacrificio de vida y de amor, porque por amor a su Padre y amor a su creación, obedeció, se entregó en las manos de sus enemigos para que se cumplieran las profecías, sufrió en su cuerpo y en su alma tormentos desgarradores y todo para salvarnos y liberarnos del pecado de todos los hombres de todos los tiempos y para enseñarnos su mandamiento más importante: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”.
Es por eso que Dios es la fuente inagotable de Amor, de Él provienen todos nuestros sentimientos positivos que solamente nos falta acercarnos a Él con humildad y confiados en su amor, para que nos revista de ese amor, y podamos compartirlo con nuestra familia y con todas las personas que nos rodean porque el Amor es el combustible de la creación y debería de ser del mundo y del hombre, ya que si hay amor en nuestros corazones habrá paz, armonía, equilibrio, paciencia, respeto, comprensión, cuidado, fuerza, empatía, tolerancia, bondad, entrega, generosidad, sacrificio, trabajo, responsabilidad, gratitud, compromiso, libertad y todos los sentimientos positivos y cualidades que puede desarrollar el hombre.
Pero si no hay amor en nuestros corazones hay odio, rencor, amargura, frustración, resentimiento, envidia, ira, soberbia, avaricia, desilusión, soledad, melancolía, sometimiento, agresiones, lesiones, vacío, muerte.
Hoy es un buen momento para reflexionar sobre este tema y darnos cuenta qué clase de amor tenemos, pero lo más importante, qué clase de amor damos a nuestra familia y a nuestros semejantes.
¡Feliz día del amor y la amistad!