- El “dirigente” estatal no ha sido capaz de poner orden ante el cisma que se vive al interior
Puebla, Pue.- Gabriel Biestro Medinilla, quien ya cumplió dos años al frente el Partido Morena en Puebla, ha demostrado incapacidad para mantener el orden y la cohesión partidista de cara a la elección de 2018 y, en estos momentos, cuando hay un cisma, se esconde, no da la cara ni enfrenta el encono entre el grupo que apoya al senador Luis Miguel Barbosa y el Frente Amplio que lo rechaza como imposición desde el CEN.
Si Morena ha crecido como partido, con más militancia y simpatizantes que le han dado carretadas de votos en Puebla, es, por supuesto, por el arrastre de su dirigente nacional, Andrés Manuel López Obrador.
En Puebla, la dirigencia de Morena, no existe, está acéfala y sólo figura como membrete el nombre de Gabriel Biestro Medinilla, un ilustre desconocido que tampoco es poblano y, desconoce la realidad política estatal.
Es un dirigente oscuro y sin presencia en el interior del estado; jamás ha organizado o encabezado algún movimiento social; su único mérito es sentirse promotor y fundador de MORENA Puebla.
Nunca ha cuestionado de fondo al régimen de Enrique Peña Nieto y mucho menos cuestionó al gobierno de Rafael Moreno Valle. Carece de agenda política o proyecto político para impulsarlo en Puebla rumbo al 2018.
Antes de llegar a la presidencia del CEE, Biestro ocupó la titularidad del Consejo Estatal y fungió como representante de Morena en la Junta Local del Instituto Nacional Electoral (INE) para el proceso electoral federal 2014-2015. Su trabajo partidista se concreta a brigadista y eterno integrante de manifestaciones por AMLO.