En El Chamuco TV, Margarita pequeñita
No solo la televisión comercial —El Privilegio de Mandar, de Televisa— realiza programas de humor político de alta calidad.
TV UNAM, televisora pública, tuvo la extraordinaria idea de producir, con la revista El Chamuco, un informativo lleno de comicidad y crítica política que conducen los moneros Hernández, Helguera y Rapé.
En el programa de El Chamuco TV que he visto, los moneros plantean, como todo el mundo lo hace en los medios —aunque Hernández, Helguera y Rapé con mucbo más ingenio y, por lo tarto, de una manera más entretenida—, la lucha semifinal, por así decirlo, de la que saldrá el retador (o la retadora) para la gran final contra el único que tiene asegurado un lugar en la pelea de campeonato que se dará al concluir las campañas electorales, Andrés Manuel López Obrador.
Arriba del ring de la Arena Coliseo pelean José Antonio Meade y Ricardo Anaya, mientras AMLO espera tranquilamente en una esquina que ellos terminen de hacerse pedazos.
Abajo, sin posibilidades, Margarita Zavala —luchadora pequeñita— simplemente ve la pelea acompañada de su marido —todavía más pequeño—, Felipe Calderón, que desde luego busca tirar golpes usando como arma una botella de licor.
En los cartones de Hernández y Magú, Margarita gigante
En el único diario de izquierda que se edita en México, La Jornada —reconocido en el mundo por su calidad y por su pureza ideológica—, sus moneros ya no ven tan pequeñita a Margarita Zavala.
Magú, que no participa en El Chamuco, critica las propuestas de la candidata independiente, es decir, le da posibilidades de llegar a la Presidencia de México.
Por su parte, Hernández, que en El Chamuco TV veía insignificante a la candidata independiente, en su cartón de La Jornada de este jueves la presenta como una aspirante presidencial enorme simple y sencillamente porque se hicieron públicos los nombres de los principales donantes a la campaña de la señora Zavala:
√ Alberto Baillères González, el tercer hombre más rico de México —tiene una fortuna de 12 mil millones de dólares— propietario de Grupo Bal —que controla a empresas tan importantes como El Palacio de Hierro, Peñoles y Petrobal— y es presidente de la Asociación Mexicana de Cultura y la Junta de Gobierno del ITAM.
√ El hijo del presidente del ITAM, Alejandro Baillères Gual.
√ El director ejecutivo de Grupo Bal, Juan Bordes Aznar.
La filtración de Murayama hace a Margarita la candidata del gran poder económico
La filtración de los nombres de los donantes principales a la campaña de Margarita Zavala —en el INE dicen que el chismoso fue el consejero Ciro Murayama— ha convertido de un solo golpe a la señora Zavala en la candidata del empresariado económicamente más poderoso y, sobre todo, con más prestigio.
Alberto Baillères no solo es uno de los hombres más ricos de México —y del mundo—, sino que tiene la mejor reputación entre todos los hombres y mujeres de negocios de nuestro país, no únicamente por sus grandes empresas, sino por su apoyo a la educación y a la cultura mediante instituciones tan importantes como el ITAM, una de las principales universidades de México.
Lo de menos es que Baillères padre e hijo y el director ejecutivo de sus negocios donaran a Margarita Zavala, en conjunto, 5 millones de pesos…
Lo relevante es que, en forma abierta —y, desde luego, perfectamente legal— un empresario que mereció la Medalla Belisario Domínguez apoye a la candidata independiente.
Esta vez el empresario capaz de marcar el rumbo a sus colegas, no se la juega con el PAN —tal vez por las acusaciones de lavado de dinero en contra de Ricardo Anaya—, sino con la opción independiente. No es poca cosa.
Ya se verá si los empresarios se mantienen, o no, leales al priismo con el que más se identifican —el de José Antonio Meade, Luis Videgaray, Enrique Peña Nieto— y al que han apoyado tantas veces en el pasado.
Por lo pronto, es un hecho que los grandes líderes empresariales se la juegan con Margarita, ya porque admiren su esfuerzo —la candidata independiente no tiene ni spots de TV y radio ni recibe las enormes sumas de dinero que el INE entrega a los partidos políticos—, ya porque piensen que sus 10 puntos en promedio en las encuestas pronto serán ser 15… y a partir de ahí todo podría pasar en la contiende electoral presidencial de 2018.
La semifinal ya no es entre dos, sino entre tres
El hecho es que en el siguiente capítulo de la serie El Chamuco TV en TV UNAM, los moneros Hernández, Helguera y Rapé tendrán que subir a Margarita Zavala al ring a pelear la semifinal con Ricardo Anaya y José Antonio Meade…
Y si ella, como se ha dicho, llega pronto a los 15 puntos en las encuestas, tendrá que empezar a ser considerada como seria aspirante a derrotar a Meade y a Anaya para ser la rival de AMLO en la gran final.
El cuchareo
A los estrategas de Ricardo Anaya les urge que se difundan más encuestas cuchareadas que, por un lado, minimicen a Margarita Zavala y, por otra parte, acerquen artificialmente al candidato del PAN-PRD-MC a López Obrador, de Morena-PT-PES.
Es lo que ha hecho hoy la casa encuestadora MEBA (Mendoza, Blanco & Asociados), que dio a conocer un estudio en que Margarita solo tiene el 3% de las preferencias y Anaya está a 7 puntos de AMLO.
Las mentiras de MEBA no son verdad
Ni Margarita Zavala tiene 3% en las encuestas —ella, como mínimo, está en el 10% de las preferencias— ni Anaya está a 7 puntos de Andrés Manuel: el panista está a más 15 puntos del candidato de Morena.
Pero las encuestas, en México, no sirven para conocer la realidad, sino para tratar de influir en ella. Una verdadera pena.
Meyer y la derecha
En el diario Reforma el intelectual Lorenzo Meyer ha publicado un artículo realmente interesante, “Las derechas”. Lo sintetizo:
1. “David Frum, un analista político y conservador, sostiene que si en su país, Estados Unidos, los líderes y financiadores de la derecha republicana llegaran a concluir que la democracia electoral —un ciudadano, un voto— va a llevar a la pérdida permanente del grado de poder que históricamente han tenido como grupo —el de los dueños del dinero, blancos, partidarios de un gobierno que cobre el mínimo de impuestos y ponga restricciones mínimas al capital y el que no estorbe a la concentración del ingreso ni a los privilegios de clase—, entonces buscarán transformar a Estados Unidos en un sistema donde la mayoría no pueda imponer candidatos que tengan el veto de los conservadores”.
2. Esa es una hipótesis muy útil para analizar el caso mexicano.
3. “Desde el inicio, los grupos privilegiados de México tuvieron la certeza que la democracia no era el sistema que convenía al país”. Por eso en el México independiente “aceptaron pagar el precio de apoyarse en un personaje con tan pocas prendas morales como Santa Anna —una especie de Trump de la época”.
4. A principios del siglo XX, las derechas mexicanas hicieron del presidente Porfirio Díaz “el insustituible”.
5. La Revolución de 1910 hizo posible la no reelección, “aunque no el sufragio efectivo”.
6. “Tras las crisis económicas y políticas de los 1980 y 1990, el grupo en el poder —el priista— volvió a plantear que quizá la democracia política era la salida ante la creciente falta de legitimidad del priismo en su etapa neoliberal”. Y lo era porque “mientras la izquierda moderada (el neocardenismo) y la radical (el neozapatismo) se habían desgastado por chocar de frente con el sistema, la ‘oposición leal’, la panista, se había fortalecido”.
7. Un presidente priista, Ernesto Zedillo, abrió las puertas de Los Pinos a la oposición panista: en el 2000, “la democracia política resultó aceptable para la derecha porque no le afectó en sus intereses creados. Al contrario, pareció consolidarlos al inyectarle legitimidad al sistema que los sustentaba”.
8. Pero, pronto, la democracia hizo fuerte a la izquierda electoral, que renovó su liderazgo, “y encabezada por Andrés Manuel López Obrador, se propuso su propio ‘asalto a palacio’…”.
9. Entonce, “la derecha abandonó la pretensión democrática… y optó primero por el desafuero de AMLO y, al fracasar, se decidió por una elección al ‘haiga sido como haiga sido’ del 2006”.
10. Lo anterior facilitó el retorno del PRI a la Presidencia.
11. “Hoy, la cuestión fundamental es la misma de hace más de un siglo: ¿Está la derecha mexicana dispuesta a aceptar por fin un juego electoral limpio como la vía para darle al sistema político la legitimidad que la sociedad reclama a voz en cuello o buscará una variante del trumpismo, aunque, a la larga, sea cortejar a la catástrofe?”.
La derecha unida ¿jamás será vencida?
En el 2018 parece invencible el candidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, un hecho que sin duda está movilizando a los grupos de derecha que tratarán de impedir la victoria del tabasqueño.
Si la derecha panista se hubiera mantenido unida —sobre todo con Margarita Zavala como candidata del PAN— la ventaja de AMLO en las encuestas no sería tan grande.
Pero el PAN, por no respetar las reglas de democracia interna que tanta credibilidad le dieron a ese partido, expulsó a la señora Zavala.
Dividido, el voto panista está muy lejos de AMLO y, en las encuestas más serias, ni siquiera llega al nivel del candidato del PRI, Meade.
La derecha tiene dos candidatos y una candidata. Podrán unirse y retar con posibilidades de éxito a López Obrador si se suman dos efectos: el del voto útil y el de que, al menos una de las opciones conservadoras anuncie que retira sus aspiraciones para apoyar a otra.
La alianza que se ve más probable es la de Meade y Margarita. Sobran razones para pensar que será un hecho si en junio él o ella supera a la otra parte con absoluta claridad.
¿Que es imposible que Meade apoye a la candidata independiente? En política todo lo planteable es realizable.
¿Que Margarita no pondría en riesgo su prestigio pactando con el PRI? En política, como en la guerra, como el amor y los negocios, todo el mundo hace suya la máxima de que el fin justifica los medios.